“Deseo agradecerles a todos ustedes desde el fondo de mi corazón por sus mensajes de apoyo. Es muy reconfortante saber que muchos de ustedes están orando. Sus oraciones son desesperadamente necesarias. Estas cosas no suceden sólo en Haití. Suceden en todas partes. Pero no siempre nos enfrentamos a ello. Todos estamos conmocionados y profundamente entristecidos. Tengo miedo.

Todo ocurrió tan rápido. Alrededor de medianoche alguien saltó el muro. Se oyeron dos disparos. Luego, un golpe en la puerta. Me agaché en el suelo de mi habitación y esperé lo que vendría después. Entonces todo quedó en silencio. Ellos se fueron. Nuestros dos guardias de seguridad (que estaban desarmados) estaban muertos.

Los pocos invitados que estuvieron aquí en ese momento fueron maravillosos conmigo. El personal de FIDA también mostró un liderazgo y una atención increíbles. Fueron muy protectores conmigo, asegurándose de que comiera y bebiera y me mantuviera informado. Por esto, estoy realmente agradecido. Lloro un día y rezo al siguiente. Al tercer día, la paz inunda mi alma y digo: 'Gracias, oh Dios'.

Una y otra vez me preguntan por qué no voy a casa. Pero hay quienes me animan a no rendirme. No lo haré. Cuando pienso en los miles de hombres, mujeres y niños que tienen una mejor forma de vida gracias a FIDA y a tantos otros, esto por sí solo me inspira a mantenerme firme. Como cristianos, no podemos darnos la vuelta y salir corriendo cuando algo sale mal. Necesitamos permanecer firmes y trabajar juntos para que pueda haber una mejor forma de vida para muchos otros. Recalco esto diariamente a nuestro personal haitiano y por eso nos animamos unos a otros.

El programa cooperativo está creciendo y prosperando. Provoca asombro y a veces envidia. Por eso, oro cada día por nuevas fuerzas, sabiduría y coraje. Le pido al Señor que tome mis manos y me guíe por el camino de mi vida. Muéstrame que puedo ver y dar el valor para hacer lo que hay que hacer. Dios ha dicho que no debo rendirme, recordando que Él me ama, que la victoria está por delante y Él me ayudará hasta el final... No me rendiré. Una vez más, gracias a todos desde el fondo de mi corazón”.